

Bruno, un búho rescatado con un ala dañada que no puede volar, fue rehabilitado en Michin y ahora es un ejemplo vivo para educar sobre el cuidado y conservación de la naturaleza.
La historia comienza con...
Un padre y su hijo solían dar caminatas en el Parque Nacional La Malinche, donde en una ocasión observaron a un perro que gemía y se acercaba cautelosamente, lleno de miedo, a unos arbustos.
Decidieron aproximarse para averiguar qué había entre los arbustos. Cuando estuvieron suficientemente cerca, descubrieron dos enormes ojos amarillos que los observaban con temor.
Era un búho con todas sus plumas cubiertas de barro, abriendo su pico jadeante y apenas moviéndose. No era difícil entender que el ave había pasado por un gran percance y aún así había logrado sobrevivir.
Ambos entendieron que debían ayudar al ave, rápidamente lo tomaron con cuidado y lo llevaron al veterinario más cercano. El diagnóstico: una deshidratación severa por parte del ave, llevaba varios días sin comer y un ala severamente dañada.
El veterinario notificó de inmediato a las autoridades, quienes contactaron a Michin, que cuenta con un grupo de expertos, programas de educación, rescate, conservación y liberación. Puebla fue la sede que recibió a la especie, dándole un único diagnóstico: su ala estaba luxada y no podría volver a volar o valerse por sí mismo. Fue nombrado Bruno y ahora se encuentra bajo el cuidado del Acuario.
Hoy en día, Bruno es parte de la familia MICHIN y se ha convertido en un maestro de educación ambiental. Los visitantes lo conocen de cerca y aprenden la importancia de cuidar la naturaleza para preservar esta increíble especie.